Booklet: El Señor de la Mañana
El amanecer
El Señor de la Mañana es la deidad del rosado amanecer que marca el final de cada noche.
Nuestro señor pide poco de nosotros, mas que seamos amables con el prójimo y mantengamos la esperanza en nuestros corazones. Él nos enseña a tener esperanza por un nuevo amanecer, sin importar cuan poco prometedor parezca el futuro, sin importar cuán oscura sea la noche... el amanecer siempre llega.
El Señor de la Mañana bendice a quienes plantan nueva vida y destierran la maldad de la cara del mundo, y se regocija en la juvenil vitalidad y en las primaveras bien invertidas en mejorar nuestras vidas.
El Señor de la Mañana llegó a nuestras tierras ayudando a un pobre hombre perdido en la noche. Él lo protegió de aquello que susurraba en las sombras. Durante toda la noche Él lo protegió con su fulgor y expulsó con su espada a los seres de la noche. Al fin el hombre durmió y pudo ver como El Señor de la Mañana caminaba hacia el horizonte y su halo se convertía en el sol del amanecer.
La reliquia
Un día, El Señor de la Mañana vió que sobre su dominio había una oscuridad menguante. Decidido, tomó uno de sus rojos rizos de cabello y lo frotó entre sus dedos hasta convertirlo en un rubí. Lo puso en la palma de su mano y le dió su aliento hasta que volutas de oro y plata se arremolinaron a su alrededor, formando un amuleto con forma de sol. El Señor de la Mañana buscó entre sus fieles al mas ardiente en su fe y mandó un ángel a llevarle el amuleto, Su regalo para la humanidad.
El ángel buscó al guerrero santo y adoptando la forma de un cuervo le entregó el regalo sagrado, un santo símbolo de paternidad sobre los humanos. Se desconoce el nombre real de este guerrero santo, pero se sabe que se enfrentó incesantemente a las fuerzas de la oscuridad y formó un séquito de adoradores del Señor de la Mañana que un día habría de convertirse en el clero oficial.
Mandatos
El Señor de la Mañana dice:
- Esfuérzate siempre en ayudar, en alentar nuevas esperanzas, nuevas ideas y nueva prosperidad para toda la humanidad y sus aliados.
- Es una obligación sagrada promover el nuevo desarrollo, cuidar de las cosas que crecen y trabajar para el renacer y la renovación.
- Perfecciónate y sé fértil de mente y cuerpo.
- Donde quiera que vayas planta en las mentes de todos semillas de esperanza, nuevas ideas y planes para un futuro prometedor.
- Observa cada amanecer.
- Considera las consecuencias de tus acciones para que el menos de tus esfuerzos pueda lograr la mayor y mejor de las recompensas.
- Evita la negatividad, pues de la muerte viene la vida, y siempre habrá un nuevo día en el que podrás convertir un fracaso en un éxito.
- Concede mayor importancia a las actividades que ayudan a los demás, que a la estricta adhesión a las reglas, rituales y dictados de tus mayores.
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