Booklet: Epístola de Santa Markovia
Por Ferenc Uzunov, primer apóstol de Santa Markovia
Orígenes
La vida de Alizandra Markovia fue bendecida y única desde la concepción. Su padre, Toma Markovia, era un leñador que pasaba largas semanas fuera de casa mientras talaba. Su madre, Steliana Antonescu, trabajaba como pastora y partera en Krezk. Llevaban casados casi treinta años y Steliana nunca había podido llevar un bebé a término a pesar de sus esfuerzos por crear una familia. Después de muchos intentos y abortos espontáneos devastadores, los dos habían perdido la esperanza de tener un hijo propio.
Una noche, sin embargo, Steliana tuvo una visión. Detalló la visión en su diario. Un hombre, bañado por la luz del sol, vestido con una túnica blanca y una corona dorada, descendió de las nubes. Él se acercó a ella, tomándola en sus brazos. Él le dijo que Él era el Señor de la Mañana, el Señor del Nacimiento y la Renovación, y el Mentor de la Autoperfección. Puso en el vientre de Steliana a una niña que llevaba un hilo de Su Propia Dorada Gloria. Esta niña haría grandes cosas, le dijo a Steliana, y cientos seguirían su liderazgo.
Cuando era joven, siguió lo que su corazón le dictaba y se convirtió en sacerdotisa del Señor de la Mañana poco después de cumplir dieciseis años. Demostró ser carismática y devota, de manera que antes de los treinta años ya se había granjeado la reputación de ser inflexible para con el mal. Era un faro de esperanza en un mundo que a menudo era oscuro y estaba lleno de peligros. Markovia siempre había visto al Diablo Strahd como un tirano loco, pero solo después de su transformación en vampiro, se atrevió a desafiarlo.
El Tirano
Mientras Markovia y Andral reunían a sus seguidores y se preparaba para marchar sobre el Castillo Ravenloft, Strahd envió un grupo de engendros vampíricos a su abadía. Se enfrentaron a la mujer, y uno por uno fueron destruídos, pero en el proceso asesinaron a Andral, el sacerdote líder del culto al Señor de la Mañana, protector y mentor de Markovia.
Markovia, indignada por la muerte de Andral a manos del Diablo Strahd, marchó con una pequeña fuerza de clérigos y campeones armados y atravesó las puertas del Castillo Ravenloft. Nunca se havía visto una ferocidad tan celosa en la batalla como cuando esa mujer empuñó su maza contra el Señor Oscuro. Combatieron desde las catacumbas hasta los parapetos, y canalizó la ira ardiente de su dios a través de su instrumento marcial. Poco pudo hacer Strahd mas que recibir los golpes indignado, y a duras penas sobrevivir al ataque. Se estipula que de haberse sucedido el combate en cualquier otro lado que no fuese la guarida de Ravenloft, Markovia habría salido victoriosa con toda seguridad.
Strahd se ocultó unos momentos entre el mortero de las paredes del castillo y de alguna forma se recuperó lo suficiente como para retomar la pelea y extinguir la llama ardiente del fervor de Santa Markovia. Quienes sobrevivieron ese día dijeron que Strahd dió una muerte de héroe a Santa Markovia, y la trató con el mayor de los respetos. Se negó a devolver el cuerpo de nuestra santa alegando que le daría sepulcro en las criptas del castillo. Distintos eruditos siguen debatiendo si éste es un gesto de admiración por parte de Strahd ante un enemigo memorable, o un acto profano y de miserable.
Lo que nadie discute es que durante mucho tiempo el Diablo Strahd sufrió una cojera indisimulable y una mueca de dolor con cada paso que daba.
Legado
Se dice que la escencia de la santidad de Markovia quedó impregnada en parte en sus huesos cuando el resto de su cuerpo se descompuso. Su fémur, el cual está embebido de una poderosa fuerza celestial, fue extraído de las criptas de Ravenloft por los escaramuzadores de S'mirk el Sucio, el licántropo rata. Se dice que éste fue quien los decoró con las gemas y el trabajo de plata, que hoy dia posee. La reliquia volvió a las manos de Strahd una vez que S'mirk y sus escaramuzadores fueron eliminados.
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